Es media noche y escribo para no pensar.
No pensar
que la incertidumbre me produce insomnio.
Que mis ganas de irme son enormes,
y el miedo a hacerlo también.
No pensar
que no tengo a quién pensar
porque he subido el listón
más alto de lo que tú prometiste subirme a ver la luna.
Lo he subido ahí,
para que no llegues,
para que no lleguen.
Para que esta vez
la excusa no sea mi miedo a verme atrapada.
Para creer,
efímeramente,
que esta soledad
no la he elegido yo.
(Aclaración: Cualquier rayo de sol visible anula todas y cada una de las letras que componen tal desastre provocado por la luna llena y mi sensibilidad ante la misma.)
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