No es el domingo. Ni Andrés sonando en la habitación. Ni los poemas tristes de Salem. Ni el cuenco de palomitas. Ni la manta en las piernas. Ni el cenicero lleno de colillas. Ni el bolígrafo que se ha quedado sin tinta de tanto escribirte. Ni las nubes. Ni la lluvia. Ni la niña gritando en la calle. Ni el padre malcriándola. Ni el chico de las rosas. Ni la chica que le abraza. Ni la resaca. Ni los clínex. Ni la película.
No es por ti.
Es sin ti.
Poema a mi nuevo hogar.
ResponderEliminar