Hay adioses que curan más heridas que las sonrisas que te sacaban sus mensajes.
Hay lunas que brillan más que tus ojos cuando te decía que te quería.
Hay despedidas en las que vale más un "gracias" que un "te echaré de menos".
Hay golpes que aunque nos dejen destrozados, nos sirven para valorar,
que durante un tiempo, tocamos las estrellas.
Hay margaritas que no aspiran a ser deshojadas.
Pero siguen creyendo en el amor.
Y tú,
amor,
no dejes de creer en ti.
Porque nunca,
nadie,
lo va a hacer como tú.
Porque aunque sientas el corazón roto,
pronto se pegarán los trozos.
Y los demás,
por conocerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario