viernes, 16 de mayo de 2014

De mí a mí.

¿Sabes qué pasa con la tristeza? Que cuando consigues ignorarla se va.
Un día te levantas y por alguna razón, se te olvida darle de desayunar.
Cuando te hace preguntas estás tan entretenida en tus cosas que no pierdes tiempo en contestar.
Te dice que estás sola y decides planificar una nueva cita,
y cuando te lo vuelve a decir le dices, sí, lo estoy, y qué.

 Yo sé que te duele pero finges muy bien.
 Y menos mal,
 porque ella se ha ido y tus ojos han vuelto a brillar.

Aunque sigas envidiando la vida de los demás
y pensando que la suerte
no tiene ganas de verte,
te diré que no podías haber tenido más.

¿Acaso no es la vida la mayor fortuna?
Te ríes y me das la razón.
Claro que sí, soy una inconformista
-piensas-
tengo lo más valioso, y aún pido más.

Y la vida es esto.
Subir y bajar.
Perder, pero también ganar.
Llorar de pena o de alegría.
Reír. Gritar.
Y que se te acabe la voz.

La vida es conseguir el papel principal.
El secundario.
O quedarse sin actuar.

El yin y el yang.

Pero lo más importante de todo,
es mirar hacia dentro
y susurrar con calma que todo va a ir bien. 

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