Un día te levantas y por alguna razón, se te olvida darle de desayunar.
Cuando te hace preguntas estás tan entretenida en tus cosas que no pierdes tiempo en contestar.
Te dice que estás sola y decides planificar una nueva cita,
y cuando te lo vuelve a decir le dices, sí, lo estoy, y qué.
Yo sé que te duele pero finges muy bien.
Y menos mal,
porque ella se ha ido y tus ojos han vuelto a brillar.
Cuando te hace preguntas estás tan entretenida en tus cosas que no pierdes tiempo en contestar.
Te dice que estás sola y decides planificar una nueva cita,
y cuando te lo vuelve a decir le dices, sí, lo estoy, y qué.
Yo sé que te duele pero finges muy bien.
Y menos mal,
porque ella se ha ido y tus ojos han vuelto a brillar.
Aunque sigas envidiando la vida de los demás
y pensando que la suerte
no tiene ganas de verte,
te diré que no podías haber tenido más.
¿Acaso no es la vida la mayor fortuna?
Te ríes y me das la razón.
Claro que sí, soy una inconformista
-piensas-
tengo lo más valioso, y aún pido más.
Y la vida es esto.
Subir y bajar.
Perder, pero también ganar.
Llorar de pena o de alegría.
Reír. Gritar.
Y que se te acabe la voz.
La vida es conseguir el papel principal.
El secundario.
O quedarse sin actuar.
El yin y el yang.
Pero lo más importante de todo,
es mirar hacia dentro
y susurrar con calma que todo va a ir bien.
Me describes muy bien,me identificas sin querer.
ResponderEliminarQuizá porque hay mucho de mí en ti. Mucho de ti en mí.
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