martes, 20 de enero de 2015

Cuántas olas nos separarán.

Me han dicho que te cambiaste de ciudad. Siempre te gustó el norte.
Y el mar. Que ya es poesía por sí solo.
Me han dicho que pareces feliz, que estás contento por ahí.
Me han dicho que hiciste nuevos amigos,
así que dejé de preguntar a los viejos por ti.

Tampoco me han dicho muchas cosas pero ojalá me las hubiese dicho tú.

Te diré que, ahora yo, también vivo un poco más al norte,
a media hora del mar.
Y a bastante más de tu casa.
Aquí llueve menos de lo que esperaba,
pero es raro ver un día sin agua.
Alguna vez debí hablarte de lo melancólica que es la lluvia,
imagínate.

Te sorprenderá que te diga que me he acordado de ti.
Pensé que hemos perdido demasiadas cosas
por dejarlas pasar,
y no quiero seguir perdiéndolas.

Pero

aún no he reunido el valor suficiente para preguntarte si aún estamos a tiempo.

Hasta ahora,
y de momento,
seguirás siendo otra de las batallas que me ganó el miedo.

Aunque algo debe de significar que hayamos huído en la misma dirección.

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