miércoles, 14 de enero de 2015

No jugué con fuego, pero me quemé igual.


Me gustaría preguntarte qué es para ti un juego.
O qué soy para ti yo. 
Creo que habría similitud en ambas respuestas.
Desconozco los monstruos que gritan por tu cabeza
pero ya no quiero ser la solución a tu guerra interna. 

Me duele decirte adiós
cuando llevaba tanto tiempo esperando un hola, 
de nuevo.
Pero hay adioses que nos abren más puertas de las que nos cierran.
Y hay muchas olas esperándonos.

Te lo tomas como un juego,
y no entiendo que ganas.

Pero ahora,
que es mi turno,
me rindo a participar en algo que en vez de dar calor,
produce quemazón.

Tú seguirás como siempre,
intentando demostrar a los demás que eres feliz,
por si
de tanto decirlo
te lo acabas creyendo.

El día que entiendas que eso no es amor,
habrás perdido la oportunidad de que otra te lo demostrase.

Y puede que 
en ese momento,
te acuerdes de mí.




No hay comentarios:

Publicar un comentario